martes, 24 de mayo de 2016

Los mil errores de mi corazón

Ahí estaba una tarde más, mirando cómo pasaba el tiempo a través del reloj, había examen, le daba igual, sólo quería desaparecer dejar de pensar en cosas que ya no tenían solución pero no podía, no podía dejar de pensar, pensó cuando fue la ultima vez, que miro a unos ojos y el mundo desapareció a su alrededor, hace demasiado, ¿Qué coño hace? Debería estar estudiando, las seis y veinte otro martes más. Quería volver a besar cómo loca y que no parasen de besarle esos labios que no se podía quitar de la cabeza, volver a hacer idioteces por amor, volver a mirarle, y que sus ojos verdes fueran su única realidad, pero el ya no estaba, él ya tenía quien le mirase y se lo comiera a besos y ella también, el problema es que cómo dice Defreds cuando el amor se convierte en acumular, deja de ser amor, entonces tenía miedo miedo, de que fuera verdad eso de que nunca iban a volver a verse, miedo a hacer daño a la persona que ahora la quería, miedo a suspender, a no sacar el curso, a quedarse sin verano, a no entrenar bien; estaba acojonada sin ganas sin ilusión, la veías y no te dabas cuenta, unos días no paraba de reírse con sus amigas iba por la calle cantando, cómo si no tuviera nada de que preocuparse, cómo si no la importase si la miraban o hablaban mal de ella, otros estaba seria no la salían las palabras, y, era imposible hacerla reír, y luego estaban esos en los que alguien le tocaba las pelotas y chillaba y se lo comía y no paraba de chillar, todos creían que era fuerte, luego se metía a la cama y lloraba, cómo si no la quedase nada por lo que seguir luchando, porque su vida era eso, lucha aquí lucha allí, lucha en casa con su familia, lucha en el entrenamiento, lucha en la calle, y joder no veas cómo la gustaba eso de estar siempre en tensión, pero a veces todo la superaba.